El compliance de PBC no se intuye, se MIDE

"Compliance es tan estratégico como sepamos demostrarlo." Una reflexión reveladora de Mary Ann Tena (AML Manager) sobre el papel de los KPIs en la función de AML.

El compliance de PBC no se intuye, se MIDE

Eres lo que comes y, en tu empresa, lo que mides. La PBC sigue siendo vista como un obstáculo en muchas empresas, a pesar de sus intentos por salirse de ese molde.

Pero seamos claros: debes ganarte ese privilegio, no basta con desearlo. Cualquier función estratégica debe medir con rigor, y compliance no iba a ser menos. Y esto no solo lo digo yo, Mary Ann Tena (AML Program Manager) da de lleno en este mensaje.

"Compliance es tan estratégico como sepamos demostrarlo."

No puedo estar más de acuerdo con ella, la reflexión completa de Mary Ann es redonda. Acompáñame en su lectura:


¿Medir KPIs es el camino para posicionar a Compliance donde merece? Como activo estratégico

Uno de los mayores conflictos para un oficial de cumplimiento es lograr el equilibrio entre el cumplimiento de la ley y la viabilidad del negocio. En un entorno donde Compliance es frecuentemente considerado como una carga para la empresa o incluso como una barrera para el crecimiento comercial, asignar recursos ilimitados a esta función sería perjudicial para el negocio. Pues la realidad es que los recursos son limitados y el gran desafío siempre será mantener la proporcionalidad en su uso.

Esto implica que el encargado de Compliance debe garantizar que los esfuerzos, el tiempo y el capital invertidos sean acordes a los riesgos que enfrenta la organización. No se trata solo de cumplir con las normativas, sino de hacerlo de manera eficiente y efectiva, alineando la gestión de Compliance con los objetivos estratégicos del negocio.

La importancia de medir KPIs en Compliance 📊

Entonces, ¿cómo podemos saber dónde y en qué medida debemos emplear nuestros recursos? La realidad es que no existe una receta milagrosa ni una fórmula aplicable de manera uniforme a todas las entidades. Cada organización tiene un perfil de riesgo diferente, así como su propio conjunto de necesidades y prioridades. Por lo tanto, la clave está en el registro y seguimiento de indicadores clave de rendimiento (KPIs).

Al medir KPIs relevantes, Compliance puede evolucionar de ser visto como un centro de costos a ser considerado un activo estratégico. Esto permite ajustar los programas de cumplimiento de manera dinámica y tomar decisiones informadas para asignar recursos justo donde se necesitan.

La medición de KPIs no solo ayuda a evaluar la efectividad de los programas de cumplimiento, sino que también proporciona una visión cuantitativa que respalda la toma de decisiones. Esto permite abandonar lo que yo llamo “decisiones hormonales” o cualitativas, que, aunque pueden ser acertadas según la experiencia del encargado, dependen más de la intuición y la suerte que de un análisis basado en datos.

Por otro lado, presentar KPIs de manera efectiva puede cambiar la percepción de Compliance dentro de la organización. Se convierte en una herramienta poderosa para concientizar a la empresa y demostrar cómo la gestión de Compliance contribuye a la sostenibilidad del negocio, la protección de la reputación y la confianza de los clientes.

Beneficios estratégicos de medir KPIs

Al establecer métricas claras y objetivas, se pueden optimizar recursos, fundamentar decisiones informadas y justificar ante la alta dirección inversiones en tecnología, formación o personal. Esto evita tanto el uso excesivo como insuficiente de recursos, asegurando un enfoque basado en riesgos que maximiza el valor de Compliance para la organización.

Además, los KPIs facilitan la rendición de cuentas y la transparencia, al permitir un seguimiento claro de los objetivos alcanzados y las áreas que requieren mejoras. Esto no solo fortalece la cultura de cumplimiento, sino que también ayuda a posicionar a Compliance como una función estratégica, alineada con los objetivos corporativos.

Retos al implementar KPIs en Compliance

Compliance es tan estratégico como sepamos demostrarlo; medir KPIs también presenta desafíos significativos. Aunque aplicar KPIs puede parecer sencillo al diseñar un programa de cumplimiento desde cero, la realidad es que muchas empresas ya operan con estructuras establecidas y procesos heredados. En estos casos, pueden surgir varios retos (ordenados cronológicamente), tales como:

1. Definición de métricas relevantes

Uno de los desafíos más importantes es identificar los KPIs que realmente importan. Para ello, es esencial realizar un análisis exhaustivo de la exposición y riesgos específicos de la organización, considerando factores como el mercado en el que opera, los requisitos regulatorios, el tipo de clientes y la jurisdicción donde ofrece sus servicios. Además, es crucial realizar una revisión periódica para asegurar que los KPIs sigan siendo relevantes en un entorno de riesgo cambiante.

Definir métricas irrelevantes o centrarse únicamente en actividades operativas puede llevar a una falsa percepción de efectividad. Por ejemplo, medir solo el número de alertas generadas no necesariamente indica éxito, a menos que se considere también su calidad o relevancia.

2. Disponibilidad y calidad de datos

Para mí, este es uno de los mayores retos. En muchas organizaciones, los datos necesarios para medir KPIs no siempre están disponibles o se encuentran dispersos en diferentes sistemas. En algunos casos, la información se registra en documentos planos, como PDFs, en lugar de bases de datos centralizadas y accesibles para el análisis.

Antes de hablar de KPIs, es fundamental asegurarse de que los datos sean precisos, completos y estén bien organizados. Esto puede requerir la integración de sistemas, la automatización de procesos de recolección de datos o incluso un cambio cultural hacia una gestión basada en datos.

3. Adaptación al cambio

La medición de KPIs no es una tarea estática, sino un proceso vivo y dinámico que debe evolucionar continuamente. A medida que cambian los riesgos, las normativas y las prioridades de negocio, los KPIs deben ajustarse en consecuencia.

Por esta razón, establecer KPIs no debe tratarse como un simple checklist de cumplimiento, sino como una actividad periódica y estratégica que requiere monitoreo continuo y capacidad de respuesta rápida. Esto garantiza que Compliance siga siendo relevante y efectivo en un entorno en constante cambio.

¿Vale la pena el esfuerzo? 🤔

A pesar de los desafíos, medir KPIs en Compliance es fundamental para integrar esta función en la estrategia corporativa. La primera medición nunca será perfecta, pero representa el punto de partida para un proceso de mejora continua que optimiza la proporcionalidad en el uso de recursos.

Al utilizar KPIs para demostrar el valor de Compliance, se puede transformar la percepción de esta función dentro de la organización, posicionándola no solo como un mecanismo de control, sino como un activo estratégico que protege la reputación, mitiga riesgos y contribuye al crecimiento sostenible.

Si queremos que Compliance deje de ser visto como una carga y pase a ser reconocido como un activo estratégico, la medición de KPIs no es solo el camino; es una necesidad.